¡CUÁNTAS VECES, AMOR, ME PROMETISTE!
¡Cuántas veces, Amor, me prometiste
que con olvido iguala el tiempo el daño!
Mas ya me falta en este desengaño
el bien que me ofreciste o que fingiste.
El alma y el deseo que me diste
se están muriendo en este eterno engaño,
y si a olvidar las penas me condaño,
con nueva rabia el alma me resiste.
Ya, pues, mi libertad doy por perdida,
y aunque veo mi error, aún no me quejo,
mas quisiera olvidar lo que te digo.
Solo espero por pago de mi vida
que a una mujer que me trató de lejos
la trate yo como ella hizo conmigo.